El Año Nuevo es la festividad más importante de Japón y conlleva el deseo de entrar en una nueva era eliminando todos los eventos adversos del año pasado a través de un rito de purificación (Osoji). Esta festividad es una buena excusa para que los japoneses visiten a sus seres queridos y renueven los lazos ►
El Año Nuevo es la festividad más importante de Japón y conlleva el deseo de entrar en una nueva era eliminando todos los eventos adversos del año pasado a través de un rito de purificación (Osoji). Esta festividad es una buena excusa para que los japoneses visiten a sus seres queridos y renueven los lazos sagrados y ancestrales de la familia. Esta fiesta japonesa arraiga en China, que en la época del emperador, era una oportunidad para que sus súbditos le rindieran homenaje. Esta celebración era obligatoria (bajo pena de represalias) y finalizaba con un banquete compartido. Hoy en día, es una celebración familiar donde los diferentes miembros se deleitan con abundantes platos, intercambian sus deseos para el nuevo año y decoran sus hogares a la imagen del festival (incluido el Kodamastu, una decoración hecha de bambú y pino). La primavera está mal vista en Japón (temida), los japoneses han erigido un festival para protegerse. Presenta a un miembro de cada familia japonesa disfrazándose de demonio. Los demás miembros de la familia lo seguirán repitiendo la siguiente frase: ¡Oni wa soto! ¡Fuku wa uchi! Lo que significa ¡Fuera los demonios! ¡Felicidad interior!. También se arrojarán puñados de habas tostadas. Los japoneses consideran que esta tradición ahuyenta a los demonios y atrae la buena fortuna a las familias. Además, a los japoneses les gusta reunirse con la familia a la sombra de los árboles en flor para compartir el té o el sake al final de este rito. El Festival de los Faroles se lleva a cabo en la ciudad de Tokio, más precisamente en el famoso Santuario Yasukuni, y tiene lugar en verano, durante cuatro días, del 13 al 16 de julio. Este festival celebra a los muertos caídos durante las batallas libradas por Japón desde 1853 y consiste de una verdadera fiesta de faroles depositados dentro del santuario donde descansan las almas. Cada año, esta celebración atrae a miles de visitantes japoneses y extranjeros. Como esta cifra aumenta cada año, es recomendable participar en la visita al santuario a primera hora de la tarde, para asegurarse un lugar de elección cuando se enciendan las linternas a primera hora de la tarde. En el festival de las muñecas, los padres de las niñas pequeñas hacen que su hijo crezca feliz y saludable. Este festival es relativamente antiguo porque data del período Heian (794). Inicialmente, los nobles donaron sus muñecas coleccionables que representaban a la corte de Kioto. Hoy en día, esta fiesta es cada vez menos famosa pero conserva su encanto y autenticidad. En esta ocasión, en las familias japonesas, las niñas pequeñas colocan muñecas sobre una tarima, las cuales decoran con flores pecaminosas y ofrendas. Familias y amigos son recibidos en casa para disfrutar de la repostería tradicional (como el hishimochi, un paralelepípedo de tres colores: blanco, rosa y verde). A veces, las muñecas son reemplazadas por figuritas de origami. Para ver las muñecas tradicionales tal y como se ofrecían en su momento, es posible acudir al Museo Kobayashi, cerca del Skytree, donde están expuestas. ◄