Bratislava es la capital de Eslovaquia, donde es imprescindible una parada en el Castillo de Bratislava, la Catedral de San Martín, la Puerta Michalska y el Palacio Primacial. La atmósfera de la ciudad también es única porque los viajeros pueden sumergirse en el espíritu típico eslovaco al conocer a los lugareños.
Además, la fauna destaca ►
Bratislava es la capital de Eslovaquia, donde es imprescindible una parada en el Castillo de Bratislava, la Catedral de San Martín, la Puerta Michalska y el Palacio Primacial. La atmósfera de la ciudad también es única porque los viajeros pueden sumergirse en el espíritu típico eslovaco al conocer a los lugareños.
Además, la fauna destaca en este país, y nada mejor que las Tratas para disfrutar de las vistas. Es una serie de montañas divididas en varias partes, incluidos los Altos Tatras, los Tatras occidentales, los Tatras orientales, los Belianske y los Bajos Tatras. Todas estas montañas están ubicadas en los Cárpatos y la fauna es rara. Allí han encontrado refugio rebecos, marmotas, linces y osos. Además, las estaciones de esquí de invierno ofrecen diversas actividades, incluidas excursiones y caminatas para el resto de épocas del año.
Por cierto, en los montes Tatras hay una estación de esquí muy famosa, Strbské Pleso. A los más aventureros les puede sorprender porque permite un rejuvenecimiento total en plena naturaleza con los chalets y hoteles.
Otro sitio para visitar es el Castillo de Spis. Fue construido en el siglo XII y hoy, a pesar de estar en ruinas, todavía es posible admirar su excepcional belleza, sobre todo porque es posible realizar un paseo guiado por su interior. El castillo se asienta sobre una colina rocosa y domina toda la zona con esplendor.
Un poco más lejos, la ciudad medieval de Bardejov, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, invitará a los turistas a realizar un recorrido cuyos restos aún están en funcionamiento. Entre los símbolos de la ciudad encontrarán la Basílica de San Egidio, el Museo de los Iconos o la Plaza del Ayuntamiento. Si este pueblo ha encandilado mucho a sus visitantes, el siguiente no se queda atrás.
Trnava, con más de 800 años de antigüedad, es el lugar donde la maravilla alcanza su punto máximo con la arquitectura y todo lo que la rodea: valles, lagos y pueblos.
El Museo del Pueblo Liptov en Pribylina es una buena opción para los amantes de la historia. El museo alberga una exposición documentada del pasado del país en un ambiente folclórico.
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