En el corazón de los Alpes japoneses se encuentra Shirakawa-go, un pueblo famoso por sus casas con techo de paja, llamadas gasshõ-zukuro. Hoy en día, esta región es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y aquí se encuentran alrededor de un centenar de antiguas granjas perfectamente conservadas, algunas de las cuales han sido transformadas ►
En el corazón de los Alpes japoneses se encuentra Shirakawa-go, un pueblo famoso por sus casas con techo de paja, llamadas gasshõ-zukuro. Hoy en día, esta región es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y aquí se encuentran alrededor de un centenar de antiguas granjas perfectamente conservadas, algunas de las cuales han sido transformadas en museos y otras en posadas. La belleza de Shirakawa-go y sus alrededores es impresionante.
Un poco más lejos está el "pequeño Kyoto". Se trata de Takayama, un pequeño pueblo que ha mantenido un ambiente de antaño. Caminar por los callejones bordeados de templos y casas tradicionales de madera ofrece un espectáculo fantástico. Además, en el mercado se muestra el talento artesanal de los lugareños a través de obras como lacas Shunkei o amuletos de la suerte con forma de mono bebé.
En Japón, la pesca es una actividad que proporciona el sustento a muchos aldeanos, especialmente en Ine. Aquí, las famosas casas funaya, construcciones incomparables cuyo primer nivel se abre al mar, permiten a los pescadores mantener resguardadas sus embarcaciones. Durante una visita a Ine, es posible encontrar algunas de estas funayas transformadas en restaurantes o alojamientos.
Para aquellos que quieran disfrutar de caminatas por el bosque, Tsumago es una visita obligada. Este pueblo está situado en el Valle de Kiso, y sus diminutas casas de madera y sus calles empedradas le confieren un encanto increíble. Es uno de los pocos lugares de Japón donde no se permiten coches. Por otro lado, hacer senderismo en el bosque es totalmente posible para darse un capricho en plena naturaleza.
Por último, aunque lo más importante, Ouchi-juku se saborea por su paisaje de cuento de hadas en invierno. Una vez más, las casas con techo de paja están presentes, pero también hay tiendas de artesanía y, para los más golosos, restaurantes que sirven especialidades japonesas. ◄