Recorrer el centro histórico no es solo una necesidad; es un viaje de asombro e inspiración. Aquí, los viajeros se encontrarán ante un escenario de ópera, paseando por las calles adoquinadas, cautivados por sus colores y su impecable estado de conservación. La belleza del ayuntamiento barroco, su torre del reloj del siglo XVIII, la Gornij ►
Recorrer el centro histórico no es solo una necesidad; es un viaje de asombro e inspiración. Aquí, los viajeros se encontrarán ante un escenario de ópera, paseando por las calles adoquinadas, cautivados por sus colores y su impecable estado de conservación. La belleza del ayuntamiento barroco, su torre del reloj del siglo XVIII, la Gornij Trg (Fuente de los Tres Ríos Carniolanos) y el palacio de los Caballeros de la Cruz resaltan la fusión arquitectónica entre los estilos barroco y contemporáneo.
Liubliana cuenta con otros monumentos interesantes para admirar, como las iglesias. La Iglesia Franciscana de la Anunciación, de estilo barroco y color rosa, es una de ellas, y también está la de San Nicolás, muy apreciada por su arquitectura, especialmente por sus puertas laterales que narran la historia del país. También está el Puente del Dragón, un emblema histórico de la ciudad. Se dice que fue uno de los primeros puentes construidos con hormigón armado en Europa. Finalmente, junto al casco antiguo se encuentra el Puente de Tromostovje, también conocido como el triple puente, que cruza el río Ljubljanica por un lado. Además, se puede realizar un minicrucero por el río.
Una de las mejores maneras de degustar los deliciosos productos de los agricultores eslovenos es visitar el Mercado Central. De hecho, los turistas podrán pasear por los coloridos puestos de este mercado típico. Está justo al lado del río, y se recomienda especialmente ir temprano por la mañana para encontrar especialidades. Dicho esto, si los turistas desean degustar platos típicos de la gastronomía eslovena, les recomendamos visitar los numerosos restaurantes de la zona.
Para quienes deseen una visita cultural, nada mejor que visitar el Museo del Ferrocarril. Los visitantes encontrarán unas quince locomotoras de vapor que dan testimonio de los tiempos pasados en esta zona. Incluso es posible subir las escaleras para llegar a la cabina del piloto, pero eso no es todo; hay otras locomotoras expuestas en el exterior. ◄