La aventura comienza en la región árida más grande del mundo, el Sahara. Éste cubre unos 9 millones de kilómetros cuadrados y se extiende por una docena de países, entre ellos Argelia, Chad, Egipto, Libia, Malí, Mauritania, Marruecos, Níger, Sudán y Túnez. A través de caminatas en 4x4, los exploradores pueden disfrutar de notables panoramas ►
La aventura comienza en la región árida más grande del mundo, el Sahara. Éste cubre unos 9 millones de kilómetros cuadrados y se extiende por una docena de países, entre ellos Argelia, Chad, Egipto, Libia, Malí, Mauritania, Marruecos, Níger, Sudán y Túnez. A través de caminatas en 4x4, los exploradores pueden disfrutar de notables panoramas pasando por dunas, montañas rocosas o el mar de arena, atributo típico del Sahara.
En el lado marroquí, las dunas de Merzouga son muy populares entre los amantes de los safaris. Lo más impresionante es que las dunas cambian del rosa dorado al naranja intenso con la luz del sol. Nada mejor que un paseo en quad, buggy o camello para admirar este espectáculo. Para aquellos que quieran conocer una etnia indígena, los campamentos bereberes se encuentran cerca y la inmersión cultural es grandiosa.
El Desierto Blanco de Egipto es la siguiente parada. Toma su nombre de las famosas y únicas formaciones rocosas de tiza blanca. Pero eso no es todo. Lo mejor es recorrer la zona en un 4X4 para descubrir esculturas naturales únicas en forma de setas gigantes o torres. Incluso hay campamentos base donde los viajeros pueden disfrutar acampando bajo las estrellas.
Oasis se considera un verdadero remanso de verdor en el desierto. Permiten a las comunidades locales obtener agua y contribuyen a la fertilidad de las tierras agrícolas, por lo que es imperativo visitarlos. Egipto, Túnez y Argelia albergan los más famosos. Un recorrido por un oasis ofrece una perspectiva diferente del desierto. ◄