La Plaza del Consejo es una visita obligada. Se encuentra en pleno casco antiguo de Braşov, rodeada de edificios con fachadas coloridas y pequeñas terrazas, lo que la convierte en un lugar encantador para pasear. De hecho, este lugar es ideal para observar la vida local, especialmente descubriendo a los artesanos locales en los mercados. ►
La Plaza del Consejo es una visita obligada. Se encuentra en pleno casco antiguo de Braşov, rodeada de edificios con fachadas coloridas y pequeñas terrazas, lo que la convierte en un lugar encantador para pasear. De hecho, este lugar es ideal para observar la vida local, especialmente descubriendo a los artesanos locales en los mercados. Pero eso no es todo; también es posible sentarse tranquilamente a tomar un café y disfrutar del cálido ambiente.
En Braşov, varios monumentos son imprescindibles durante una visita. La Iglesia Negra está en esta lista, ofreciendo un espectáculo extraordinario. La arquitectura gótica es impresionante, aunque el exterior pueda parecer algo austero. Pero los turistas solo tienen que adentrarse en el interior para descubrir las maravillas de este lugar. Además, los aficionados a la historia probablemente apreciarán enormemente los imponentes órganos y la colección de alfombras orientales. Otra construcción imperdible es la iglesia de San Nicolás. A diferencia de la primera, es una iglesia ortodoxa rumana construida en 1292. Según la historia, este edificio recibió importantes regalos de la reina Catalina II de Rusia y una carta del papa Bonifacio IX.
La Strada Sforii, también conocida como la "calle de las cuerdas", es otro paseo especial en Braşov. Es uno de los callejones más coloridos y estrechos de la ciudad. Al recorrerlo, los viajeros descubren una paleta de colores que va del rojo al amarillo. Además, observan las numerosas palabras, mensajes y dibujos que los habitantes dejaron en las paredes. Todo esto le aporta un toque artístico.
Tempe Hill, un paraíso para los amantes de la naturaleza, ofrece extensos paisajes y vistas impresionantes. A más de 900 metros de altura, ofrece una vista panorámica de la ciudad, una vista que sin duda te dejará boquiabierto. Se puede acceder a la colina mediante un pintoresco teleférico y cuenta con un restaurante gourmet en la cima. Es el lugar perfecto para dar un paseo tranquilo, disfrutar de una comida abundante y capturar impresionantes imágenes del paisaje. ◄