Para los amantes del senderismo, la Isla del Sol es única. Ofrece una variedad de senderos que conducen a impresionantes vistas panorámicas, especialmente del lago Titicaca. Ya sean las terrazas agrícolas, las tierras áridas rodeadas de aguas tranquilas o los senderos perfumados por eucaliptos, cada sendero promete una aventura única. Y para quienes deseen refrescarse, ►
Para los amantes del senderismo, la Isla del Sol es única. Ofrece una variedad de senderos que conducen a impresionantes vistas panorámicas, especialmente del lago Titicaca. Ya sean las terrazas agrícolas, las tierras áridas rodeadas de aguas tranquilas o los senderos perfumados por eucaliptos, cada sendero promete una aventura única. Y para quienes deseen refrescarse, la isla está repleta de hermosas playas.
La Isla del Sol es famosa por sus diversas ruinas incas. Una de las primeras zonas que no debe perderse es la Mesa Inca, donde antiguamente se realizaban sacrificios humanos. No muy lejos de allí se encuentran los grabados naturales de las Escaleras del Sol en la roca. Quienes deseen adentrarse más en el sur de la isla pueden contemplar la fuente de la juventud subiendo las escaleras incas que se unen a las aguas del lago. Después, los exploradores pueden desviarse al Templo de Pilcocaina antes de relajarse en las aguas del lago Titicaca. En el camino, los turistas seguramente se encontrarán con manadas de llamas burro, lo que añadirá aún más encanto a su visita.
Para quienes deseen conocer más sobre la historia de la Isla del Sol, el Museo del Oro, también conocido como el Museo Dorado, es el lugar ideal. Los visitantes descubrirán una hermosa colección de artefactos de la ciudad submarina de Marka Pampathe. Pero eso no es todo, ya que también será una oportunidad para ver los numerosos objetos precolombinos utilizados como ofrendas a los dioses en la época de los incas. Una cosa es segura: este lugar ofrece una excelente perspectiva de la rica historia de la isla. ◄