La aventura comienza en Cuiabá, capital de Mato Grosso desde 1835. Esta ciudad es especialmente apreciada por su encanto y sus impresionantes iglesias y museos. Los viajeros también deben hacer una parada allí para disfrutar de buena música en vivo y comprar un sombrero, botas y montura de un verdadero vaquero. Para los amantes de ►
La aventura comienza en Cuiabá, capital de Mato Grosso desde 1835. Esta ciudad es especialmente apreciada por su encanto y sus impresionantes iglesias y museos. Los viajeros también deben hacer una parada allí para disfrutar de buena música en vivo y comprar un sombrero, botas y montura de un verdadero vaquero. Para los amantes de la leche de coco, en el lugar se ofrecen excelentes bebidas elaboradas con este ingrediente. Aparte de eso, una visita a Cuiabá es la puerta de entrada al Pantanal.
De hecho, el Pantanal es uno de los humedales interiores más extensos del planeta. Ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por su biotopo de humedales que alberga más de 600 especies diferentes de aves, más de 100 especies de mamíferos y más de 200 especies de peces, sin contar miles de especies de plantas. Además, los exploradores de corazón estarán encantados de saber que es posible realizar safaris guiados donde se puede ver al famoso jaguar. También es posible ver guacamayos jacintos, ciervos de los pantanos, tapires o capibaras.
Para aquellos que quieran volver a la ciudad, Chapada dos Guimarães es una excelente opción. Aquí, las calles estrechas y la arquitectura rústica resaltan por su encanto. Por cierto, no se pierda la antigua iglesia de la aldea de Nossa Senhora de Santana do Sacramento. Mato Grosso también cuenta con un parque nacional del mismo nombre en la pequeña ciudad, que alberga innumerables cuevas, cascadas, formaciones rocosas y una rica flora y fauna. Quienes opten por caminar por el parque tendrán la oportunidad de refrescarse en la cascada Véu da Noiva. De lo contrario, pueden optar por el barranquismo o la escalada.
Bom Jardim es otro de los lugares de visita obligada en Mato Grosso. Este pequeño pueblo es apreciado por sus ríos de aguas cristalinas, especialmente los de Salobra y Triste, que atraen a muchas personas que quieren explorar el colorido mundo submarino. De vuelta a tierra, la Lagoa das Araras está llena de cientos de loros que se pueden admirar al atardecer. ◄