Sin duda, la Medina de Meknes debe ser visitada como primera parada. Los viajeros encontrarán varias mezquitas, edificios coloridos, zocos y monumentos históricos. Además, será el momento ideal para que los turistas se entretengan en las caballerizas reales o admiren de manera diferente la artesanía local. La visita continúa por el lado de la plaza ►
Sin duda, la Medina de Meknes debe ser visitada como primera parada. Los viajeros encontrarán varias mezquitas, edificios coloridos, zocos y monumentos históricos. Además, será el momento ideal para que los turistas se entretengan en las caballerizas reales o admiren de manera diferente la artesanía local. La visita continúa por el lado de la plaza El Hedim, que marca la Puerta Mansour. Inicialmente, este lugar se usaba principalmente para hacer anuncios reales, y hoy en día, los lugareños y los turistas aprovechan este lugar para ver a la gente hacer sus negocios. La plaza El Hedim está animada por la noche porque tiene muchos restaurantes y cafés. Luego, también hay músicos y cuentacuentos árabes que vienen a animar la plaza. Los aficionados a la historia pueden hacer un recorrido por el Museo Dar Jamaï. Este lugar alberga una impresionante exposición de cerámica, joyería, trajes típicos, objetos de madera de cedro del siglo XIV y textiles. Los turistas también verán las pertenencias personales del sultán Moulay Ismail. Por cierto, también está el mausoleo del sultán para visitar. Lo que lo hace tan atractivo son los elaborados mosaicos, las columnas de mármol, los yesos tallados y la fuente tintineante. Aquellos que quieran saber más sobre la historia de Meknes pueden ir a la cuenca de Norias, un lago gigante. Los viajeros pueden aprovechar la oportunidad de ver los establos reales y la estatua de bronce. En este lugar, la arquitectura es particularmente increíble.
Más allá, en Volubilis, el viajero puede observar ruinas romanas que ofrecen un impresionante espectáculo de columnas, mosaicos y edificios abandonados. Además, los descubrimientos realizados por los arqueólogos les han permitido comprender mejor la historia de la ciudad. A los viajeros también les puede interesar la madrasa de Bou Inania. Es un centro de aprendizaje islámico justo antes de la Gran Mezquita de Meknes. Es el ejemplo perfecto de la arquitectura meriní, y los turistas podrán admirar las habitaciones de los estudiantes y el hammam de la escuela y disfrutar de la espléndida vista del minarete de la Gran Mezquita. ◄