La primera parada será en la Ciudadela de Namur. Catalogada como patrimonio valón, la visita a la Ciudadela comienza con la famosa Explanada y el suntuoso Castillo de los Condes. Además, una mediana permite descubrir una fortaleza llena de sorpresas. Los amantes de la naturaleza quedarán impresionados con los divinos espacios verdes de la Ciudadela.
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La primera parada será en la Ciudadela de Namur. Catalogada como patrimonio valón, la visita a la Ciudadela comienza con la famosa Explanada y el suntuoso Castillo de los Condes. Además, una mediana permite descubrir una fortaleza llena de sorpresas. Los amantes de la naturaleza quedarán impresionados con los divinos espacios verdes de la Ciudadela.
En el casco antiguo de Namur, los monumentos y los edificios exquisitos ocupan un lugar destacado: el Campanario, la Plaza del Ángel, el Palacio Provincial y la Plaza del Mercado son los protagonistas. Un poco más lejos, los amantes del estilo barroco y de las pinturas de Antoine Van Dyck, Jacob Jordaens y Jacques Nicolaï estarán encantados de visitar la catedral de Saint-Aubain. También está el Musée des Arts Anciens du Namurois, donde los turistas pueden sumergirse en las colecciones de historia del arte. Aquí se encuentran el Trésor d'Oignies y una espléndida colección de pinturas de Henri Bles del siglo XVI.
En cuanto a los asistentes a la fiesta, deberían dirigirse al festival Esperanzah. Cada año, a principios de agosto, se organiza este Festival en la Abadía de Floreffe para promover el intercambio, la fraternidad y la tolerancia. Para aquellos que quieran más fiesta, el tercer domingo de septiembre es el mejor momento para visitar Namur. Los valones conmemoran la Revolución belga de 1830 con actividades, desfiles folclóricos y numerosos conciertos.
Además, los amantes de la naturaleza pueden probar una excursión de dos horas en el crucero por el Mosa. Para mayor originalidad, también es posible pasar una noche en una barcaza amarrada en los muelles del Mosa. En Namur, los viajeros que busquen actividades divertidas e insólitas para descubrir la capital pueden pedir prestados los rickshaws en la Oficina de Turismo.
En Namur, algunos también podrán estimular el sentido del olfato visitando el taller de perfumería de Guy Delforge. Es una experiencia inusual y sorprendente para probar. ◄