La singular combinación de arquitectura otomana y moderna de Podgorica es digna de admirar. La torre del reloj, una reliquia de la época del Imperio Otomano, contrasta marcadamente con la infraestructura moderna de la ciudad. Ubicada en la plaza Becirbeg Osmanagic, esta torre de casi 16 metros de altura no es solo un emblema histórico, ►
La singular combinación de arquitectura otomana y moderna de Podgorica es digna de admirar. La torre del reloj, una reliquia de la época del Imperio Otomano, contrasta marcadamente con la infraestructura moderna de la ciudad. Ubicada en la plaza Becirbeg Osmanagic, esta torre de casi 16 metros de altura no es solo un emblema histórico, sino también un popular punto de encuentro para tomar una copa por la tarde, lo que la convierte en una visita obligada para cualquier viajero.
El Centro de Arte Contemporáneo de Podgorica es un auténtico tesoro para los amantes del arte. Ubicada en la planta baja de una antigua mansión en el parque Petrovica, esta galería de arte cuenta con una variada colección de obras de artistas locales y creaciones de África, Asia, América Latina y Europa. Una visita al complejo del Palacio Krusevac, que también alberga un museo de arte contemporáneo, promete ser un viaje de descubrimiento artístico, con su pabellón de música y jardín botánico que se suman al esplendor de la experiencia.
Después de la visita, aquellos que quieran respirar aire puro en el parque pueden hacerlo. En cuanto a los que deseen conocer otros parques para recargar las pilas en plena naturaleza, hay varios, entre ellos el de Njegosev y el de Karadjordjev. En cuanto a los más aventureros, Gorica es un excelente parque de aventuras situado en una colina. Tanto los jóvenes como los mayores encontrarán su felicidad en este lugar con diversas actividades más o menos deportivas. Por cierto, Gorica es muy popular por sus rutas de senderismo y ciclismo.
Para aquellos que aprecian la belleza de la naturaleza, una aventura tranquila por el sendero peatonal a lo largo de las orillas del río Ribnica es una visita obligada. El sendero, al que se accede a menudo a través del Parque Forestal de Ribnica, ofrece un paseo sereno con el deleite visual de la unión de dos ríos, creando un espectáculo magnífico que seguramente cautivará a cualquier visitante. ◄