La primera parada es la ciudad de Aosta, situada en pleno centro del valle. Parece un pueblo de montaña, pero es rica en historia. El magnífico museo arqueológico alberga una amplia colección de objetos de la época galorromana. Además, no hay que perderse un vestigio fascinante: la muralla romana de esta época. Para aquellos que ►
La primera parada es la ciudad de Aosta, situada en pleno centro del valle. Parece un pueblo de montaña, pero es rica en historia. El magnífico museo arqueológico alberga una amplia colección de objetos de la época galorromana. Además, no hay que perderse un vestigio fascinante: la muralla romana de esta época. Para aquellos que quieran ir más allá en el recorrido, también hay una espléndida catedral: esta joya arquitectónica data del siglo XI. Además, antes de seguir hacia otra parte del valle, es muy recomendable detenerse ante el Arco de Augusto, que data del año 25 a. C.
El Observatorio Astronómico del Valle de Aosta es el lugar ideal para los amantes de la astronomía. Podrán observar el cielo con instrumentos modernos, en el marco de un enfoque didáctico que pretende popularizar la ciencia astronómica. También está el Planetario, que se centra más en un descubrimiento temático para comprender lo que sucede más allá de la Tierra y, por tanto, en el cosmos. Además, cada año se celebra una «Star Party» en septiembre, que ofrece conferencias y veladas para observar las estrellas.
El Parque Nacional del Gran Paradiso ofrece aventuras para los amantes de la naturaleza entre montañas nevadas, valles boscosos y llanuras verdes. Entre la fauna destacan rebecos, marmotas, zorros, cabras montesas y águilas reales. En cuanto a la flora, los viajeros se encontrarán con especies típicas de las zonas de montaña, como abetos, alerces, cinquefoils o astrágalos. Pero eso no es todo. Numerosos lagos y bosques hacen que los paisajes sean únicos. Además, en este parque también se pueden practicar actividades como senderismo o ciclismo.
En el Valle de Aosta hay muchos castillos por descubrir. En primer lugar, están las fortalezas de Arnad, que datan de los siglos XII y XVII. Sin embargo, solo el castillo de abajo está abierto al público. Además, también está el de Fenis, que es una visita obligada por su forma pentagonal y su historia. Si a alguien le apetece explorar otros, Aymavilles, Pont-Saint-Martin y Châtillon son buenas opciones. ◄