Quien habla de Dordoña también habla de castillos, y precisamente los del Périgord son los que hay que descubrir. Uno de ellos es el de Beynac, una visita obligada: se alza orgulloso sobre un acantilado y domina el pueblo y el río. Aquí, los turistas se transportarán a la Edad Media siguiendo los pasos de ►
Quien habla de Dordoña también habla de castillos, y precisamente los del Périgord son los que hay que descubrir. Uno de ellos es el de Beynac, una visita obligada: se alza orgulloso sobre un acantilado y domina el pueblo y el río. Aquí, los turistas se transportarán a la Edad Media siguiendo los pasos de Ricardo Corazón de León y los marqueses. Será una excelente oportunidad para descubrir los pasillos de la fortaleza, las cocinas y el torreón o para llegar hasta allí y admirar la vista del valle del Dordoña. Después de esta visita, el castillo de Puymartin es una excelente opción. Fue construido en el siglo XIII y es aquí donde nació la famosa leyenda de la Dama Blanca. Dicho esto, aparte del lado un poco oscuro de esta historia, este fuerte es de una gran belleza, con muebles antiguos, tapices y pinturas excepcionalmente bien conservados.
Durante una visita a Dordoña, es imposible perderse algunos lugares famosos como Périgueux, donde se encuentra la catedral de Saint-Front, que sorprende por su majestuosidad. También está el museo de Vesunna, que revela los orígenes romanos de la ciudad. Entre otras cosas, hay maquetas y colecciones de objetos arqueológicos. Para los amantes de la historia, también está el Jardín de las Arenas, que se construyó en el lugar de la antigua arena romana y se dice que podía acoger hasta 20.000 espectadores.
En Dordoña, es imposible no hacer una parada en las grutas de Lascaux. Situadas en Montignac, esta caverna alberga un número impresionante de representaciones de arte rupestre. Sin embargo, cabe señalar que la original sufrió numerosas degradaciones irreversibles provocadas por el turismo de masas. Hoy en día, la reconstrucción ofrece un auténtico viaje en el tiempo a través de las tradiciones y el arte prehistórico.
Para los amantes de la vegetación, los jardines de Marqueyssac son lo que necesitan. La disposición de los espacios es increíble, con las diversas especies y árboles frutales. Además, alrededor de los años 90, se llevó a cabo una rehabilitación de los jardines con caminos de agua, cascadas y otros caminos de romero. Además del esplendor de este jardín, los ornitólogos en ciernes encontrarán la felicidad observando a los pavos reales, estas magníficas aves que han encontrado refugio allí. ◄