Erigida en el siglo XVII, esta joya arquitectónica de 2.300 habitaciones encarna hoy el esplendor del estilo barroco. Originalmente un pabellón de caza, el castillo se transformó más tarde en una residencia real antes de convertirse en el museo tal como lo conocemos hoy. De hecho, alberga una impresionante colección de más de 60.000 obras, ►
Erigida en el siglo XVII, esta joya arquitectónica de 2.300 habitaciones encarna hoy el esplendor del estilo barroco. Originalmente un pabellón de caza, el castillo se transformó más tarde en una residencia real antes de convertirse en el museo tal como lo conocemos hoy. De hecho, alberga una impresionante colección de más de 60.000 obras, compuesta principalmente por pinturas y esculturas entre los siglos XVI y XIX. Estos hacen del museo un espacio de exhibición "dedicado a las glorias de Francia". Además, también desempeñó un papel importante en la planificación y celebración de recepciones oficiales en ese momento, una tradición que continúa hasta el día de hoy.
El símbolo mismo del palacio, el Salón de los Espejos, es, sin duda, la estancia que despierta todas las curiosidades. Adornado con más de 350 espejos, era el lugar elegido para organizar bailes, juegos o bodas a gran escala. Muchas piezas también gozan de una fama sin igual, como el Salón de la Guerra y de la Paix, que representan las pasadas victorias de Francia. Tienen arcos que representan a los antiguos enemigos del país, como Alemania, España y Holanda.
Recuerda pasar por los apartamentos de la Reina. Hecha mundialmente famosa por María Antonieta, su habitación conserva las huellas de sus predecesores. El techo data de la época de Marie-Thérèse, esposa de Luis XIV, y las pinturas en grisalla y la ebanistería de Marie Leszczynska, madre de Luis XVI. El mobiliario, por su parte, fue elegido meticulosamente por la propia María Antonieta.
Además del castillo, esta enorme finca de 800 hectáreas alberga suntuosos jardines dispuestos con caminos rectos y atravesados por un gran canal. También están embellecidos con muchas piscinas, cada una más majestuosa que la anterior. Dos pabellones de placer atraviesan este imponente parque real, comúnmente conocido como Petit y Grand Trianon. Estos edificios, de estilos neoclásico y barroco respectivamente, ofrecieron a la familia real la oportunidad de escapar del tumulto de la corte. ◄